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Un director de funeraria desempeña un papel fundamental en la organización y prestación de servicios funerarios para ayudar a las familias a afrontar la pérdida de sus seres queridos. Se encarga de dejar el cuerpo en las mejores condiciones posibles, así como de transportarlo allí donde sea necesario. Coordinan el transporte del cuerpo, preparan el lugar del funeral, se ocupan del almacenamiento de los restos (si procede) y supervisan los procesos relacionados con el funeral.

También es el director de la funeraria quien vende urnas y coronas, y se ocupa de la burocracia, como el papeleo necesario para el entierro o la incineración.

Para ser director de funeraria hay que tener algunas aptitudes esenciales, además de cumplir los requisitos legales y reglamentarios del lugar donde se quiera trabajar. Hay que saber tratar a personas en duelo, lo que requiere sensibilidad y empatía.

La capacidad de organizarse y asumir varias responsabilidades al mismo tiempo es importante, al igual que conocer las prácticas funerarias, incluidos los procedimientos de embalsamamiento, la normativa local y nacional y los protocolos de seguridad fundamentales.

Las habilidades comunicativas eficaces son muy importantes a la hora de interactuar con las familias en duelo, los médicos, el clero y otros profesionales implicados. Proporcionar apoyo emocional y orientación a las familias en duelo, ayudar en la toma de decisiones y preparar obituarios y programas funerarios. Tramitar la documentación necesaria, como certificados de defunción, permisos de enterramiento y autorizaciones legales.

Debe mantenerse un alto nivel de ética y respeto por la intimidad y la dignidad del fallecido y sus familiares. Esto incluye el tratamiento adecuado del cuerpo y la confidencialidad. El trato con personas en duelo requiere sensibilidad y empatía. Los agentes deben ser capaces de ofrecer apoyo emocional y comprensión a las familias en un momento difícil.

Además de estas aptitudes, es importante comprobar los requisitos legales para ser director de funeraria en su región, que pueden incluir la obtención de una licencia específica y la formación en una escuela funeraria reconocida. Por lo general, se requiere una educación formal en ciencias funerarias y puede ser obligatorio realizar prácticas para adquirir experiencia.